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    La villa de Hostalric como punto de salida y que explica el eje temático y los elementos que la configuran

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    1 centro de interpretación expositivo en el Museu Etnològic del Montseny La Gabella – MEMGA- (Arbúcies).

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    4 elementos patrimoniales que configuran la ruta.

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    2 recreaciones audiovisuales en la villa amurallada de Hostalric y los Hitos del Estany.

EL GOBIERNO DE UN TERRITORIO MEDIEVAL

El vizcondado de Cabrera era un señorío feudal de gran importancia que formaba parte de los territorios de la Corona catalano-aragonesa.

Se extendía desde las boscosas montañas del Montseny, Les Guilleries y el Collsacabra hasta el mar Mediterráneo, con su centro situado en la actual comarca de la Selva. Sus señores tuvieron vidas dignas de novela caballeresca, como el vizconde Bernat II de Cabrera, que, en el siglo XIV, llegó a ser el principal consejero y almirante del rey Pedro IV el Ceremonioso, y transformó el castillo de Montsoriu, cuna y residencia del linaje, en un palacio gótico inexpugnable.

El territorio del vizcondado se regía por formas de gobierno propias, centralizadas en la villa amurallada de Hostalric. El contexto geoestratégico de la población favoreció de un modo muy significativo su auge como capital del vizcondado. Hostalric empezó a singularizarse a partir del siglo XIII y, durante la siguiente centuria, consolidó y aumentó su posición preeminente como capital del vizcondado. La población centralizó gran parte de la alta administración y acogió el principal tribunal judicial del territorio de los Cabrera. En este sentido, resulta clave la figura de los agentes de poder al servicio de los vizcondes, que hacían efectiva la gobernabilidad del territorio. Por ejemplo, destacó en este ámbito la figura de Pere de Santantoni, que fue notario público de Hostalric, juez ordinario y procurador general de todo el vizcondado en el siglo XIV.

El vizcondado de Cabrera contó con otros personajes destacados, como la vizcondesa Ermessenda de Montsoriu, fundadora del monasterio de Breda en el siglo XI, o el cosmógrafo y mercader Jaume Ferrer de Blanes, que participó en el reparto del mundo del Tratado de Tordesillas, en el año 1494. Hoy en día todavía podemos admirar distintos lugares y monumentos que nos trasladan a la época del vizcondado y a la vida de sus protagonistas: altivos castillos, ermitas solitarias, murallas protectoras, silentes monasterios, torres de vigía, etc. Todo un legado patrimonial que nos permite viajar a la Edad Media mientras disfrutamos de las numerosas actividades y los servicios de nuestro
tiempo.

¡Sed bienvenidos y bienvenidas al vizcondado de Cabrera!

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