Es, por tanto, un pueblo muy diverso, ya que a lo largo de su historia han convivido en él pescadores, mineros (a principios del siglo XX se explotaban las minas de Can Palomeres, actualmente cerradas) y campesinos, que aún hoy cultivan los campos de Grau. Allá por el año 1960, una emergente actividad turística consolidó el municipio como un destino con una amplia oferta de servicios que han ido evolucionando con los años.

Malgrat de Mar disfruta de un clima muy agradable casi todo el año, y el municipio se caracteriza por su tranquilidad y por sus largas playas que suman más de 4,5 km de costa. Dispone de algunas áreas naturales de gran valor ambiental que permiten pasear mientras se disfruta de un paisaje único e inigualable, como la nueva barra arenosa formada en la desembocadura del río Tordera, con un punto de observación de aves. Además, el municipio cuenta con dos espacios verdes urbanos singulares: el parque del Castillo y el parque de Francesc Macià. Adentrarse en su casco antiguo permite descubrir el entorno histórico en el que se sitúa, así como sus principales monumentos y edificios, que os transportarán de la Edad Media a nuestros días. Y si decidís pasar unos días aquí, os animamos a compartir nuestra animada vida cultural y de barrio.