Las noticias históricas documentales de Santa Cristina se remontan a mediados del siglo XIV, pero los restos arqueológicos localizados en el año 2013 han evidenciado un origen mucho anterior, situado cronológicamente entre los siglos IX y X. En el siglo XVIII la ermita adquirió importancia con el aumento del comercio marítimo, primero hacia el Mediterráneo y posteriormente hacia el Atlántico. Así, a causa de la devoción creciente, la pequeña ermita fue reformada y ampliada de manera notable entre los años 1764 y 1772 con un estilo claramente neoclásico. El territorio de Lloret de Mar estuvo señoreado por los canónigos de la catedral de Girona desde el siglo XII hasta inicios del XIX.